ANTICONGELANTE PARA VEHICULOS

El líquido anticongelante que todos conocemos es una combinación de varias sustancias químicas que circulan por varias tuberías de nuestro automóvil con el único objetivo de minimizar la temperatura que se desarrolla en esta zona del vehículo y mantenerla en niveles aceptables que eviten el recalentamiento del motor, la carrocería y los ductos en temporadas de cambios imprevistos del clima, lo cual es muy común en algunos países. La temperatura ideal para este fin, por lo general, serían los 90 grados centígrados.

El líquido anticongelante que todos conocemos es una combinación de varias sustancias químicas que circulan por varias tuberías de nuestro automóvil con el único objetivo de minimizar la temperatura que se desarrolla en esta zona del vehículo y mantenerla en niveles aceptables que eviten el recalentamiento del motor, la carrocería y los ductos en temporadas de cambios imprevistos del clima, lo cual es muy común en algunos países. La temperatura ideal para este fin, por lo general, serían los 90 grados centígrados.

Entonces, siempre que mantengamos en óptimo funcionamiento y con la calidad y cantidad de producto recomendable, se logrará que el punto de ebullición no se alcance y protegerá la vida de nuestro motor y de los accesorios y conexiones necesarias para este circuito.

Por otro lado, la propiedad del anticongelante para vehiculos evita que el líquido se solidifique a bajas temperaturas. Además, este compuesto también es el responsable de proteger los elementos del vehículo de la corrosión y evitar la aparición de formaciones calcáreas.

Hagamos un poquito de historia

El agua fue siempre el primer componente usado en motores con refrigeración. Sin embargo, el problema de la congelación siempre estuvo presente. Y, con ese fin, más adelante se añadió al agua alcohol metílico, este aditivo tenía un punto de congelación menor que el agua, pero se evaporaba con suma facilidad sobre todo en sistemas abiertos y producía un alto grado de corrosión, lo cual desde ningún punto de vista es bueno en lo que a permanencia en el tiempo hablamos.

En 1959, un químico francés llamado Adolphe Würtz consiguió crear el etileno de glicol. Al principio, hubo gran escepticismo, pero ya en la Primera Guerra Mundial sirvió como precursor de los anticongelantes modernos, y terminaría siendo usado en tanques y aviones de guerra. La composición del anticongelante varía según el país donde se vaya a usar, pero, en general, su composición química termina siempre siendo la misma, que es la siguiente:

45-75% de agua desionizada o desmineralizada.

25-50% de etilenglicol.

3-8% de aditivos (antiespumantes, conservantes, colorantes, antioxidantes, inhibidores de corrosión, etc).

En la actualidad, el líquido refrigerante más usado es el preparado con un 50% de agua desmineralizada. Este tipo de fórmula ayuda a tolerar temperaturas extremas que van desde -38⁰C hasta los 107⁰C.

Hay 3 tipos de preparados anticongelantes de acuerdo a su formulación, que son:

El Orgánico

El Inorgánico y

El Híbrido ó Acido Orgánico conocido simplemente por sus siglas OAT.

Mitos y verdades respecto al anticongelante

¿Por qué los refrigerantes tienen colores llamativos?

El tipo de color permite al usuario asociar la calidad del producto que utiliza con su color, lo que facilita determinar cuál es el tipo de producto utilizado para cada motor de manera fácil. Pero esto representa un mito pues el líquido refrigerante siempre es incoloro, son los fabricantes quienes le añaden un color particular para asociarlo con su marca evitando el engaño en el tipo de marcas por parte de los negocios que los expenden y quienes realizan servicios de mantenimiento automotrices. Además, el uso de colorantes en el líquido refrigerante permite al mecánico localizar fugas indetectables por lo intrincado de las conexiones o circuitos.

Consejos de mantenimiento

Los consejos de mantenimientos son muy fáciles de seguir y a saber son:

En cada cambio de estación climática haga que revisen el contenido del tanque de líquido refrigerante y revisen su estado, viscosidad y que con el motor encendido se pruebe su efectividad para mantener las funciones a topes aceptables.

Revise si ha rebasado la vida útil del producto que, por lo general, suele ser de 40.000 a 60.000 kilómetros, aunque los conductores más veteranos no aguardan a la expiración de vida útil del producto pues los cambios imprevistos de clima no avisan y puede que no podamos llegar al destino para el cambio a tiempo.

La evaporación del producto juega en nuestra contra y conviene revisarlo que dicha evaporación no haya acontecido sin darnos cuenta.

Para la adquisición del producto cabe atender a ciertas premisas tales como:

*Elegir el tipo de líquido refrigerante que aconseje la ficha técnica del vehículo preferiblemente o un sustituto equivalente recomendado por el fabricante pues de no hacerlo los daños suelen ser muy graves.

*Según el esfuerzo y trabajo realizado por el motor durante algunas actividades puede que el líquido refrigerante pierda eficacia y si no lo reemplazamos corremos el riesgo de exponer el motor a un recalentamiento con severas consecuencias.

*También los niveles bajos de refrigerante no son aceptables desde ningún punto de vista pues llegado el momento de presentarse una falla como la ruptura de una manguera conectiva lamentará mucho el que por no haber suficiente cantidad de producto no haya logrado resistir la llegada a un puesto de servicio inmediato.

*La causa principal de este tipo de inconvenientes obedece a que las abrazaderas o mangueras, conexiones o empalmes suelen resecarse y se agrietan u oxidan con el paso del tiempo.

*Es importante también que vigile el buen funcionamiento de la tapa del depósito pues suele ser muy comúnmente un elemento para la perdida de líquido por evaporación.

La bomba del agua es el corazón del circuito refrigerante del vehículo, las fallas en el termostato y en la circulación en general se deben en el 90 por ciento de las veces, a fallas en la misma. En ocasiones con una simple renovación de la correa de distribución se pueden ocasionar fallas en el funcionamiento de la bomba de agua y conllevar a una avería.

Tenga en cuenta que el tensado excesivo puede provocar un esfuerzo radial extra que redundará en una probable fuga de líquido o peor aún un daño en las palas de la hélice. Cuando haga el rellenado nunca utilice productos de distintos colores pues el color que adquirirá la mezcla será marrón e impedirá determinar si este color es debido a mezcla o a oxidación natural y jamás rellene el depósito con agua pues provocará el acumulamiento de óxido, heces y calcificaciones en el circuito de refrigeración con los daños subsiguientes.

El refrigerante es el líquido que con más frecuencia se cambia en el taller. Si sigue estas sanas recomendaciones le garantizamos que su vehículo en cuanto a refrigeración tendrá un rendimiento eficiente y óptimo.

Si tiene dudas respecto a anticongelantes para vehículos o está interesado en adquirir uno, no dude en contactarnos. En Azoil estaremos siempre felices de atenderle y guiarle en el cuidado de su vehículo.